Historia de la Magia

En alguna tierra muy lejana y en algún tiempo muy remoto, se puede fijar el inicio del Arte Mágico. Desde el comienzo de la vida sobre la tierra, se podría afirmar que un ser humano intentó maravillar y sorprender a otros, con efectos que seguramente denominaríamos como mágicos. Tal vez un primitivo hombre de las cavernas mostrara la aparición de su mazo, no sólo para defenderse sino para fascinar a su dama. Claro que no existen pruebas tangibles de esa época, al igual que de otras posteriores. Pero desde esos tiempos sin memoria la Magia ha formado parte de la vida del hombre: primero, como un aspecto fundamental de lo misterioso y de lo religioso; segundo, atribuyéndole ser señal de los dioses la ocurrencia de hechos, fundamentales en su existencia diaria, tales como lluvia, sequía, nacimiento y otros tantos; tercero, como una forma de vida a través de la influencia del poder mágico sobre su salud o comportamiento. Se podrá concluir que el hombre ha tratado desde su aparición de conseguir la admiración y el temor reverencial con los fines más diversos y, sobre todo, algunos no muy santos ni recomendables, aprovechando la habilidad natural para engañar a través de la palabra o la imagen.

historia de la magiaLos primeros documentos grabados o escritos, así como los objetos encontrados, nos demuestran la existencia de brujos y magos que carecían de poderes sobrenaturales y que usaban la Magia para lograr el encantamiento de sus semejantes. Incluso en la Biblia encontramos relatos de estas situaciones. En el Antiguo Egipto, se hallaron pruebas de la que tal vez fuera la primera función de Magia, presentada ante el Faraón en la ciudad de Menphis, que se detalla en un papiro llamado de Wetscar, expuesto en un museo alemán, con la actuación del mago egipcio Dedi. Se trata de una serie de juegos, entre ellos; la desaparición de guijarros y la decapitación de un ave, que luego supuestamente siguió caminado.

Durante los tiempos siguientes, si bien existían prestidigitadores, no conocidos con ese nombre, utilizaron sus habilidades para el engaño, aprovechando la ignorancia y pobreza de los pueblos para dominarlos, conseguir favores de los poderosos y enriquecerse.

Con la llegada de la Edad Media se produce el advenimiento del oscurantismo, lo que conocemos como "Magia Negra". El mago más famoso de la época fue Merlín, el consejero del Rey Arturo, quien dejó el relato de sus proezas como testimonio de mística cortesana y su amor por la hechicera Morgana, su aprendiz, quien lo encantara y dejara prisionero de una roca. Pero el primer libro que relataría importantes conocimientos mágicos fue "El descubrimiento de la Brujería", de Reginald Scot, que contenía un gran detalle de conjuros, encantamientos y sanaciones y fue el primer antecedente de los Grandes Aparatos de magia. La intención de su autor era desenmascarar a los falsos brujos, pero no estuvo al alcance de todos. Sólo muy pocos tuvieron acceso al libro y, por supuesto, estos seudos poderosos lo usaron para perfeccionarse.

En esos momentos de la historia comenzaron a recorrer las ciudades y la campiña un gran número de actores ambulantes, que se nucleaban en compañías de juglares y titiriteros, presentado sus números en tabernas, castillos y caseríos, e interpretando canciones satíricas y emotivas, sobre temas épicos o fábulas, farsas y dramas, acrobacias y magia de escamoteos y apariciones. Sin duda sentarían las bases del Circo.

En el Oriente, leyendas y fascinantes historias de milagros y poderes, de lugares mágicos y encantados, recorrían desde la China hasta Arabia, guardando el recuerdo de sahos que se transportaban de una ciudad a otra como en un cuento de ciencia ficción, desmaterializándose. Ejemplo de ello son los relatos de Sherezade en las Mil y una Noches.

Continuando con el recorrido del tiempo, encontramos en el Renacimiento una gran cantidad de documentos y programas, que probarían las actuaciones al aire libre, en ferias, puentes o fiestas populares. Con sus presentaciones para atraer clientes, cubrían sus reales actividades de buhoneros o sacamuelas. Se puede destacar el maestro Gonin de Francia, cuyo nombre significa escamoteo, artista muy popular del siglo XVI. En realidad era un carterista que vivía de lo que podía escamotear en sus actos. Su nombre fue usado por otros saltimbanquis luego de su muerte.

Adelantándonos al siglo XVII encontramos en periódicos, memorias, crónicas y cartas un abundante listado de artistas que sería muy aburrido y tedioso nombrar, pero se destacarían Delisle, Jonas, Palatín, Perrín y Pinetti, además de un cambio en el arte y la proliferación de magos profesionales que presentaban sus actos con derroche de habilidad y la única intención de distraer al público. Se diferenciaban de aquellos fantoches que preferían el engaño. Comenzaban a alquilar - o los más afortunados- a construir, lugares espaciosos con gradas de madera para que el público pudiera asistir a sus funciones de la llamada magia blanca.

Podemos ubicar a mediados del siglo XIX un iluminado y visionario. Charles Morton, quien cambia la costumbre de ingresos a las salas, que hasta ese momento era de entrada libre y tomando una copa se podía presenciar la función. Podemos afirmar que nace el Teatro de Variedades o Vodevil, con la construcción de un teatro en Canterbury por Morton quien comienza a cobrar un derecho de admisión al público para deleitarse con la función. Rápidamente otros propietarios de salas de Inglaterra y Estados Unidos copiaron la iniciativa. En pocos años esta práctica se extendió por todo el mundo

 

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